En 1964, un grupo de empresarios panameños, decidieron constituirse en un organismo de expresión, inspirados en la Carta de Punta del Este , que establece como requisito básico en su Capítulo lo siguiente:
«Que las instituciones tanto en los Sectores Públicos como en los Privados, inclusive las organizaciones laborales, cooperativas e instituciones comerciales, industriales y financieras, sean fortalecidas y mejoradas para la creciente y eficaz utilización de los recursos nacionales»
Estos empresarios, conscientes de la necesidad de que el Gobierno pudiese a través de las consultas previas de los programas gubernamentales llevar a cabo acciones cónsonas con la realidad nacional, decidieron adoptar una posición común, reafirmar la unidad de propósitos y crear un organismo central que permitiese al gobierno, la consulta institucionalizada con el sector privado a través de un sólo vehículo de expresión.
Inicialmente participaron como miembros ex-oficio del Consejo, el Director de Planificación de la Presidencia de la República, hoy convertido en Ministerio de Planificación y el Sector Laboral, en la convicción de que la Empresa privada debe su existencia tanto al capital como al trabajo. Lo mismo era necesario contar con la presencia de la institución coordinadora del esfuerzo público frente a la tarea mancomunada del desarrollo económico de la nación panameña.
Fue en julio de 1964, en la ciudad de Panamá, que el Consejo Nacional de la Empresa Privada , CoNEP , apareción en el panorama panameño. Fueron los presidentes de asociaciones y sociedades que lo suscribieron conscientes de que el Estado panameño, no debe ni puede llevar a cabo con éxito el desarrollo de nuestro país si la participación necesaria e indispensable de sectores no gubernamentales, para preservar la existencia en Panamá de un régimen de libre empresa.
Esto impone el sector privado la ineludible obligación de movilizar todos sus recursos materiales y humanos para que el desarrollo económico, como motor fundamental del progreso social de nuestro país, sea resultante de una acción equilibrada y coordinada de todos los factores que lo han hecho posible en otros países más avanzados, de manera que la acción panameña aprenda de las experiencias de las sociedades que en sudor y tragedia llegaron a mejores condiciones de vida, y poder alcanzar estos mismos resultados dentro de un marco de coordinación efectiva en paz y tranquilidad social.
Los empresarios panameños tienen que intervenir en ese proceso, conscientes de su responsabilidad, para que el bienestar alcance a toda la comunidad y adquiera, por tanto, el pleno sentido y significado de cuanto se pone al servicio del ser humano.
Por tales razones y propósitos, se constituyó el Consejo Nacional de la Empresa Privada y las personas que lo fundaron Representanes autorizados de organizaciones de hombres de negocios y profesionales aspiraron a consolidar en él preocupaciones e inquietudes ya vividas y a coadyuvar con el gobierno en la ingente labor de planificar y llevar a la realidad todo lo necesario para el desarrollo integral de Panamá.
Toca al gobierno y ala iniciativa privada programar sus propias actividades en la medida y en el campo que corresponde a cada uno, de manera que el progreso socio-económico se logre con la armónica cooperación de todas las instituciones que pueden y deben hacerlo.
El Consejo Nacional de la Empresa Privada no ha variado su estructura doctrinal en la que fue concebido, y en ese sentido siempre ha puesto de manifiesto su interés y firme convicción de que sólo con el entendimiento y participación de la planificación de la política socio-económica del país, se ha de lograr coordinar constructivamente acciones para el desarrollo socio-económico de Panamá. El Consejo Nacional de la Empresa Privada mantiene los objetivos filosóficos que lo conforman y hace énfasis en la Declaración de Principios, reformuladas al momento actual, los cuales establecen: